Por María Paula Cáceres Hernández
Las últimas semanas en Bogotá hemos vivido las consecuencias de la indiferencia social, la improvisación administrativa, y la incoherencia de nuestra propia alcaldesa. El año nuevo parecía para muchos una nueva esperanza en medio de la crisis mundial que nos dejó la pandemia, pues las alentadoras noticias sobre las vacunas y una posible solución a la crisis sanitaria nos hacían creer el 1 de enero a las 12:01 am ya todo sería diferente.
Pero, nuestro presente resulta desalentador ya que a medida que pasan los días y aumentan los contagios, resulta difícil creer que este año puede ser muy diferente al anterior, si no somos conscientes de nuestra responsabilidad y de la importancia de cuidarnos, seguramente el 2021 será un poco más de lo mismo.
Para nadie es un secreto que fueron muchos los ciudadanos que olvidaron que el covid-19 no se fue de vacaciones como lo hizo la alcaldesa, y que decidieron ignorar la pandemia que nos ha acechado por casi un año. Es por eso que hoy la ciudad permanece encerrada en medio de la incertidumbre de este nuevo rebrote.
Por lo anterior, es necesario comprender que lo que nos debe preocupar a los ciudadanos y a las autoridades es qué vamos hacer con la nueva cepa en la ciudad y con un porcentaje de ocupación del 83% de UCI ¿Esperar la vacuna? ¿Encerrarnos por más meses? ¿Revocar mandatarios?
No es momento de reprocharnos unos a otros ni de crear más polémicas, es momento de ser responsables, de respetar las medidas de bioseguridad, de cuidarnos por voluntad propia y no por decreto de la alcaldía. Esto no quiere decir que es necesario estar en cuarentena eternamente, sino que por el contrario, debemos aprender a vivir en medio de la pandemia de una manera segura para cada uno de los ciudadanos.
En síntesis, hagamos de este 2021 un año en que pongamos en práctica todo aquello que el 2020 nos dejó, y si queremos un “año nuevo, vida nueva” es necesario saber que esa vida nueva que tanto añoramos depende de nosotros, de nuestra responsabilidad y autonomía.
Por María Paula Cáceres Hernández
Ig: @mapacaceres23
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