Por: Cristina Cala
Ante la aproximación de las elecciones del 2022 han empezado los debates y la clásica polarización característica de nuestro amado, y políticamente desastroso, país. Estos debates y la crítica, que debería ser siempre constructiva o investigativa, que los prosigue son importantes ya que permitan conocer mejor a los participantes y sus ideales. Pero ¿qué suele suceder en Colombia? En este país los políticos y medios de comunicación prefieren enfocarse en otros parámetros del discurso para destruir a los personajes con los que no comparten ideales. Un caso notable de esta situación es aquel de Gustavo Petro en la inauguración del “Pacto Histórico” en Barranquilla, no se habló de lo expuesto por el precandidato presidencial si no se formó una discusión por la p mayúscula en Pacto. Constantemente se prefiere atacar a los candidatos a través de mentiras y calumnias. Ejemplo de esto es otra vez el senador de la Colombia Humana al cual le falsificaron un trino de Twitter en contra de los costeños, ya que el senador estaba exponiendo sus ideas en Barranquilla. Poco se comentó del sistema de pensiones y el modelo económico que este proponía.
Claro, la libertad de expresión es un derecho y los periodistas deben informar al país, pero la falta de seriedad y compromiso con el pueblo está expandiendo la desinformación para exponer a la derecha como la salvación de Colombia que gracias a ellos no se convertirá en una segunda Venezuela. Este texto no es una promoción de la izquierda, no es a favor de Petro. Es una búsqueda de la verdad y una discusión basada en datos, realismo e información enfocado en una mejor Patria.
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