Por: María Camila Saldaña
Últimamente, el panorama electoral en Latinoamérica ha estado muy tenso. En México, estalló un escándalo en donde más de 30 famosos –entre ellos actores, influencers y conductores– publicaron videos a través de sus redes sociales apoyando al Partido Verde pese a que se encontraban en un periodo de veda electoral. Al poco tiempo, el Instituto Nacional Electoral les ordenó bajar estas publicaciones. Muchas personas criticaron esta decisión por dejarse “comprar” el voto y su opinión política en uno de los momentos más decisivos para la democracia de México. Sin embargo, las sanciones por esta acción fueron mínimas: los influencers involucrados no tuvieron castigo alguno y el partido político involucrado solo recibió una “sanción simbólica”. Además, estas elecciones han resaltado por ser las más violentas en toda la historia de México, con más de 782 agresiones registradas y 89 asesinatos a candidatos.
Por otro lado, en Perú, las elecciones presidenciales fueron muy tensas. Keiko Fujimori es la primogénita del expresidente Alberto Fujimori, quien fue condenado por delitos de lesa humanidad. La candidata de derecha también cuenta con una acusación por parte de la fiscalía del país presuntamente por recibir dinero ilegal. En cambio, el candidato de izquierda fue Pedro Castillo, quien es maestro de escuela y líder sindical. Parece una especie de déjà vu, ¿verdad? Sí, es un panorama muy similar al que vivimos en Colombia durante el 2018: un candidato de izquierda extrema y un candidato de derecha apoyado por un expresidente con varias investigaciones en curso.
¿Qué factor en común tienen estas dos elecciones? El miedo. Las personas están saliendo a votar por miedo a que gane el candidato contrario. Los candidatos de derecha apelan a que, con el candidato contrario, los países se volverán una nueva versión de Venezuela. Y los candidatos de izquierda parecen la “salvación” a los problemas que han ocasionado los partidos tradicionales. Este panorama es triste, nos demuestra que en nuestros países latinoamericanos muchas veces salimos a votar para evitar que el otro candidato gane y no porque en verdad creamos que es la mejor opción o la opción que cambiará el rumbo de nuestros países.
Por eso es necesario que reflexionemos sobre nuestro rol en las elecciones. Nosotros los jóvenes somos el elemento capaz de generar cambios, el contexto actual que estamos viviendo nos lo demuestra. No podemos permitirnos vivir en un presente lleno de miedos que nos impidan votar de forma correcta, tenemos el poder de cambiar el círculo vicioso tan tormentoso en el que se encuentran nuestros países y así, podremos crear el futuro que tanto anhelamos. Todo está en saber votar.
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