Sebastián Córdoba
Imagen tomada de: https://cnnespanol.cnn.com/2021/05/20/protestas-colombia-arrestan-sospechosos-actos-vandalicos-orix/
Los actos vandálicos nunca serán algo deseable, toda manifestación debería ser pacífica, idealmente. Lo que sucede es que vivimos en un país lejos de ser ideal, con gobernantes que parecen vivir en un país inexistente. Esta dicotomía es lo que nos llevó a uno de los paros nacionales más grandes y con más acogida popular nunca antes vista, a pesar de estar en el tercer pico de la pandemia. Las personas no salieron por gusto propio a exponerse, lo hacen porque las forzaron, y las forzaron a salir con rabia.
No pretendo incentivar ni justificar la violencia vista, lo que quiero es demostrar que la causa de esta tiene sus raíces directas en la ineptitud gubernamental. Un pueblo sale a protestar con rabia, que termina en vandalismos (aquí no caeremos en eufemismos) cuando no ve otra salida, cuando no ve otra forma de hacerse escuchar, cuando ve que le escupen día a día en la cara y responden a sus exigencias con más violencia.
No puede pretender que la gente salga a marchar por los andenes y abrace al ESMAD cuando en los últimos años el uribismo solo ha hablado el lenguaje de la violencia, bien lo dijeron en una marcha para la paz: “plomo es lo que hay y plomo es lo que viene”. Desde entonces han cumplido su promesa, no han implementado el acuerdo de paz, aumentan las masacres y los asesinatos a líderes sociales y excombatientes. Todos estos son temas que merecen su propio análisis, pero tienen un factor común: el gobierno se hace el sordo ante las críticas. Para cada una de las problemáticas se lavan las manos de manera cada vez más cínica, culpando a otros, maquillando la inmaquillable realidad o, sacando al ejército cuál dictadura.
La más clara expresión de esto se vivió el septiembre pasado, cuando ante innegables violaciones a los DDHH por parte de los policías, el gobierno se puso de su lado, se negó a pedir disculpas y el mismo presidente se disfrazó de policía, como si estuviera justificando las masacres. El mensaje fue claro: aquí no nos importa lo que pase o lo que opinen, y al que se manifieste le viene plomo. Efectivamente pasó, 13 personas murieron el 9 de septiembre y el caso sigue en la impunidad.
La historia por desgracia parece repetirse, van más de 10 muertos en este Paro (Según ONG Temblores, a Corte de 12 pm del 2 de Mayo) y la solución del presidente es sacar al ejército, no retirar la reforma y estigmatizar la protesta. En fin, le está echando leña al paro y a la violencia. Realmente pareciera que su fuente de información es RCN, donde confunden protesta con celebración y aplauden cada error del gobierno como un éxito. Pero el pueblo no vive en esa “Polombia” del uribismo, el pueblo sufre cada día de los escupitajos del gobierno y de la violencia sin fin que ellos mismos promueven. Así el gobierno no puede pretender que la gente salga pacíficamente, lo que cultivaron fue la cultura de la violencia, y están cosechando sus frutos.
Comments