Por: Juan Diego Barrero
Somos cómplices de las desgracias de Colombia y de la Colombia que supera el surrealismo. Somos una sociedad con Alzheimer, una sociedad olvidadiza de las situaciones que han pasado por alto gracias a nuestra ignorancia. Ignorancia que deriva del verbo ignorar, porque somos capaces de distinguir que algo es injusto. Pero ante ese gran elefante blanco postrado ante nuestros ojos, dirigimos la mirada a las distorsionadas imágenes que los distintos medios ponen en dominio público. Entonces, nos hemos convertido en un pueblo que se despega de su moral y que desaparece la práctica ética, para dar vía libre a una clase dirigente sociópata que carece de empatía en una realidad tan desigual para saciar sus intereses económicos sin importar qué. Por lo tanto, somos cómplices tan responsables como esos oligarcas en el poder, construyendo una sociedad podrida y destinada a un futuro trágico del cual la esperanza no nos podrá salvar.
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